Thursday, June 5, 2014

Mi día final con la clase de Dan fue muy bien, y sucedió como planeado. Llegué con un plato de "galletas Rice Crispes." Por los primeros diez minutos, las estudiantes compartieron con la clase los proyectos de "si yo fuera..." que habían hecho cuando enseñe una clase. Ellos parecían estar orgullo de su arte y sus frases (que Dan y yo les ayudamos pronunciar.) Me encantaría la creatividad de la arte. Cuando todos habían comportado, solo quedó unos pocos minutos de clase. Dan permitió que los estudiantes jugar a un juego de vocabulario español. Leí una palabra de la glosaría de Las Aventuras de Isabela, y quienquiera que dio la respuesta correcta ganó…la satisfacción de ganar. Justo al fin, distribuí las galletas igualmente a todos, y fueron muy populares.

En todo, he gozado de enseñar durante el semestre pasado. Trabajando con niños no es algo que yo probablemente habría elegido, pero resultaba ser menos estresante que había supuesto. Algun hecho que me sorprendió, aunque no debería haber hecho asi, es que a los niños no les interesa juzgarme--aun cuando llegué despreparado, que es algo jamás quiero repetir. En otras palabras, aprendí que niños del segundo grado son muy indulgente (por lo menos aquí en el Escuela Debaja de Waynflete). Parece a mi que, a pesar de su tamaño, la clase de Dan es bastante ideal: ningún de los estudiantes parecía especialmente descontratado o obstinado, y no noté ningunos camarillos, ni tensiones interpersonales. (Por supuesto, mi tiempo para observar estas sutildades fue muy limitado.) El solo obstáculo que me pareció insuperable durante todo mi tiempo con los estudiantes fue recordar los nombres. Dejé la lucha por imposible; fortunadamente no vi cualquieres sentimientos heridos. No puedo decir bastantes gracias a Dan por su paciencia y su afable apoyo.

No comments:

Post a Comment